Thursday, March 01, 2018

Nunca escuche un disco horrible


Subtítulo: After Fonolas Parte 1
1 – Sí, es cierto. He escuchado discos flojos o no tan disfrutables pero siempre les termine encontrando algo para rescatar. Y también pase por diferentes estadios de las impresiones de acuerdo a cuantas veces escuche un disco. Empezar decepcionado y luego terminar estimulado es algo frecuente con respecto a muchos discos, en especial cuando la música no es tan fácil de asimilar o cuando los críticos no acompañaron ese disco en particular. En este primer post después de la larga marcha de las fonolas, voy a tratar de ir contando que cosas me dejó esta tarea.
2 – Si algún lector allá afuera se quiere tomar el trabajo, va a ir descubriendo que, muy a menudo, lo que figura enlistado forma parte de todos los discos que HAY que escuchar, lo básico, lo obligatorio, ese disco que, si no lo escuchaste, te deja afuera de ser tomado como un oyente con onda. Estoy siempre siguiendo las listas de “best of” de tal año o tal estilo musical. Y con un marco de consideración que deja a ciertas fuentes del lado de lo admirable (The Wire, revista del Reino Unido, ¡aplausos!) y a otras del lado de lo no tan admirable (Rolling Stone, revista de Estados Unidos, ¡abucheos!). Y es por eso que nunca escuche un disco horrible. Y en parte lo lamento. Porque yo les dejo a los críticos la labor de distinguir lo que es excelente de lo que no lo es, para no tener que escuchar cientos de discos más de los que escucho. Pero nada ni nadie me garantiza que, procediendo así, yo voy a encontrar lo que busco. Además no sé lo que busco. Pero no hay tiempo de más. No obstante, últimamente me pica la curiosidad de ver cómo sería escuchar eso otro que deje a un costado, solo por escucharlo. Habría que ver.
3 - Nunca escuche un disco horrible. Pero hay ciertas “excepciones”. The Shaggs y Lucifer. Las Shaggs eran un trío de hermanas de USA que grabaron y editaron un disco en 1969 llamado “Philosophy of the World”. Yo las conocí gracias al libro “SPIN Alternative Record Guide” (1995) en una nota firmada por Andy Newman. Conseguí el libro en el 96 y el CD en el 97. El CD traía aquel disco y varios tracks más. Las chicas no coordinaban mientras tocaban, parecían las tres estar tocando tres canciones diferentes al mismo tiempo. Si bien al escuchar “Pachuco Cadaver” de Captain Beefheart and his Magic Band o “Poptones” de Public Image Limited a uno le queda una desorientación, al par de escuchas les enganchas para donde parecen querer ir. Con las canciones de The Shaggs yo seguía desorientado aun luego de varias escuchas. Nunca las entendí pero siempre las disfrute. Frank Zappa las amaba. Cuenta la leyenda que el padre de ellas pagó la sesión de grabación y que el técnico del estudio le dijo: “le devuelvo el dinero y vuelva cuando ellas hayan aprendido a tocar”. A lo cual el padre respondió: “No, ya están listas”. Yo le preste el CD a un amigo que hace más de diez años que no veo y por eso no puse ninguna canción en las Fonolas, no logro acordarme de ninguna en particular.
De Lucifer tengo un disco en vinilo de 1972 llamado “Big Gun”. Lo encontré en una disquería de Flores a fines de los noventas. Según el libro “The Tapestry of Delights” (1998) era una grabación solista de Peter “Lucifer” Walker, quien había sido parte de The Purple Gang, la banda psicodélica que grabó “Granny Takes a Trip”. Como esta canción suena muy bien, me asombre de que el disco sonara tan mal ejecutado y se lo adjudique a que la banda que lo acompañaba entró a grabar sin haber ensayado lo suficiente en primer término. Como las dos bandejas tocadiscos de mi casa están rotas hace rato, no puedo volver a escuchar este extraño disco por el momento y también por la misma razón deje un montón de vinilos fuera de las Fonolas.
4 – Nunca escuche un disco horrible porque nunca escuche (por ejemplo) a los Ratones Paranoicos. Lo lamento pero no me gustan ni me gusta Juanse solista. El único tema que me gusta de ellos es “Estrella” y tuve que soportar la burla de algunos compañeros de secundaria en el 88 cuando lo comente. Y no tengo tiempo, ni voluntad, ni energía para ponerme a explicarles el porqué. Me imagino que si la labor de llevar este blog adelante estuviese remunerada, no tendría mayor inconveniente en “atenderlo” a Juanse y compañía. (Si hay sueldo, aparecen las fechas de entrega, y cuando no se te ocurre nada, le pasas algún texto divertido/polémico a tu editor, hablando pestes de algún fulanoide). Pero es mucho más gratificante compartir con ustedes lo que me apasiona. Para lo demás, está el resto de Internet, en donde parece que castigar es la orden del día.
5 - Nunca escuche un disco horrible pero leí libros horrorosos. Por ejemplo, “Drácula”. Denso, sobrecargado nocivamente de ornamentos, tres veces más largo de lo que debería. Llegar al final fue una labor extenuante. Y la historia tampoco me pareció la gran cosa.
Pero, ojo al piojo, el que te dice esto también te recomendó “Anticapitalismo para Principiantes” (ver post de 12 de enero de 2007), un libro con “dibujos”, el cual los lectores “serios” no lo considerarían recomendable.
6 - Nunca escuche un disco horrible pero vi films horrendos. Por ejemplo,” Relatos Salvajes”. Para nada graciosa, de un humor negro que no logra criticar nuestras bajezas, incluso parece celebrarlas, con gran fotografía y grandes actores desperdiciados en un producto lamentable. (No deja de llamarme la atención que el director de este film es Damián Szifron, el mismo que dirigió “Tiempo de Valientes”, una película que sí me gusto.)
Pero, guarda el parche, quien esto opina también dice que “Titanic está buena” siendo considerada como una “megagarcha” por un conocido blogger uruguayo.
Entonces, para eso están las Fonolas. Ahora, para quien lo quiera tener en cuenta, hay una lista de casi 2200 canciones que te cuentan “lo que este tipo dice que le gusta” y con ello construir el lugar del emisor. Si mucho de lo que leíste en esas listas te parecieron canciones olvidables, entonces mejor olvidarse de leerme.
7 – Cuando llegue a la última canción de las Fonolas, la de Animal Collective (2016), del disco “Painting With”, me quede pensando. Cuando arme aquella lista de lo mejor del año en aquel diciembre de 2016 no dije nada de ellos. ¿Por qué? Salvo la revista Rock de Lux (España), el resto de las listas que siempre consulto cada período diciembre-febrero para saber lo mejor del año, los ignoraron olímpicamente. Y también fue bastante ignorado su disco anterior “Centipede Hz”, que yo lo ubique entre lo mejor del 2012. “Painting With” no está tan bueno como “Centipede Hz” pero de ahí a ningunearlo, hay un trecho, al menos hoy lo noto. Serle fiel a las listas a veces te deja infiel con ciertas músicas. A veces para buscar músicas viene bien tener en mente “la fidelidad del fan” pero sin su parte loca. Esa parte en la que el fan se confunde con eso que admira y se siente personalmente atacado cuando alguien se atreve a criticar a aquella banda o solista de sus amores. No solo seguirle la pista a las revistas (The Wire, Rock de Lux, Blow Up [Italia]) y a críticos (Rosso, Cambiasso, Schanton) sino seguir grupos y solistas. Tampoco es tan mala idea escuchar discos no tan excelentes. Es injusto pedirle a Animal Collective que siempre hagan grandes discos. Dejémoslos fuera de presiones y por añadidura, pasamos a escuchar sin presión.
8 – Al hacer las Fonolas y al hacer el blog en su total nunca busque ni busco ni buscare prescribirle a alguien nada. Estoy describiendo los senderos que me trajeron acá. Es una costumbre bastante instalada en nuestra cultura cotidiana eso de “yo digo que está rebueno, vos ni lo dudes”. A veces algunos de mis amigos están esperando que les recomiende algo como diciendo “este escucho mucha música, entonces sabe”. Y es cierto, yo sé… de mi subjetividad solamente. No conozco ninguna otra subjetividad. Nadie puede saber eso. Tan solo adivinamos a los demás.
9 – La fe se construye y cierto goce acerca de las músicas proviene de tenerle fe al que te recomienda algo. Y es muy difícil tenerle fe a alguien desde una lista de canciones. Estaría faltando la literatura que describe eso que se vivió y que se sintió con cada canción. Una vez hice un experimento. Me puse a escuchar “The Piper at the Gates of Dawn” (1967) de Pink Floyd tratando de pensarlo como un disco horrible y no como esa maravilla que yo siempre pienso  que es. Y curiosamente cuando lo pensé horrible, lo sentí horrible también. Si me olvido de la leyenda de Syd Barrett y como hizo para tocar la guitarra como la toca. Si me olvido de las influencias, si me olvido de a quienes influyeron. Si me olvido de todo lo que leí sobre ese disco y todo lo que experimente al escucharlo en vinilo primero y luego en CD. Si te acercas virgen de datos, virgen de cualquier memoria a alguna música, quizás se volvería muy complicado que te guste.
Por lo tanto uno podría concluir que las Fonolas fueron un montón de laburo para poco más que nada. Y sin embargo, fijate vos, no es tan así. No hay historia en las Fonolas pero… la base está. De hecho, quería proponerles algo. Elijan alguna canción de las Fonolas y díganme en los comentarios cual es y yo, si veo que puedo, le escribo una historia. Yo ya elegí una y en el siguiente post voy a escribir acerca de la misma.


2 comments:

Pequeño Saltamontes said...

Te copás y hacés una con "El enano", de LPDA, que veo que la has incluido anteriormente?

Debe estar en mi podio de canciones favoritas de dicha agrupación. La primera vez que la escuché, y me dejé abrazar por esa letra, fue como un cimbronazo muy suave...

maco said...

Bueno, en cuanto pueda me dedico a tu pedido! Gracias por leer y comentar!