Sunday, May 08, 2016

Autobiografía de un homenaje que no fue.




Subtítulo: Surfeando la herida del tiempo.

“Yo también escribo porque vos sabés, Mako.”

-La rutina desbalanceada entre horas de oficina y batalla campal contra los programas académicos de mi trajinar universitario son la aburrida y previsible excusa que me impidió en su momento sentarme a redactar el texto conmemoratorio que SS.II. se merecía en la fecha de su décimo aniversario, unos meses atrás. Ahora que ya guardaron el confite y las guirnaldas, que Mako ya publicó los posts correspondientes y que ya retomó energías como para largarse a hacer sus tradicionales listas –que por supuesto pienso consultar con la ayuda de YouTube más adelante-, aparece el pequeño aporte de este servidor. Pero igual así siento (como he venido sintiendo durante todas las semanas en las que pateé la tarea de escribir “el artículo para Significados Invisibles”) que es algo que sencillamente no puedo dejar de hacer. Es necesario para mí rendirle homenaje a un blog que me ha venido acompañando en idas y vueltas tan fluctuantes como heterogéneas, algo que no lo señalo para hacer gala de una existencia fuera de lo común (que no lo es ni mucho menos), sino para exponer como algo tan simple, natural y a la vez inevitable como el paso del tiempo, y el tan solo animarse a caminar un poquito (sin siquiera animarse uno a despeinarse demasiado) puede ofrecernos variables, experiencias, sensaciones y situaciones profundamente distintas, vívidas, tanto fascinantes como peligrosas, tanto dulces como nocivas. Eso es algo de lo que creo que ha ocurrido con mi propio trajinar durante esta década. Y, por supuesto, con SS.II. Como creo haber dicho unos renglones atrás –pero ahora tengo por bien resumirlo en poco-, es solo una cuestión de caminar.

-Miro atrás y aunque parezca mentira ya pasó más de una década desde julio del 2005, el mes en el cual al bueno del señor Mako se le dio por asomar su hambriento hocico a la blogosfera. ¿Qué puedo rememorar de aquellos años? A ver, repasemos: a mediados de 2005, el país aún sorteaba la finísima cuerda floja sobre la que pendía luego de una década neoliberalista que había arrasado a la nación, y los ecos del estallido del 2001 todavía estaban latentes; un ignoto pingüino se había impuesto electoralmente con un escasísimo porcentaje de voto y desde la Casa Rosada manejaba los hilos de esa nación. El humo de Cromañón aun cubría espesamente al subconsciente nacional y esa aura de cambio irreversible despuntaba sobre todo lo que se relacionara con la música. Con la noche. Con la juventud. Con nuestro país. No podría adjetivar de una forma precisa a la sociedad argentina que cobijó al primer SS.II., pero sí me animo a decir que por más lindo que suene, no me parece tan cierto aquello de que the more the things change, the more they stay the same. El ispa que veíamos años atrás también ha mutado en algo impreciso, enigmático, asimilando todos aquellos impactos que sobrellevó en la piel. Miremos también qué pasó en el medio: CFK, conflictos agrarios, Ley de Medios, FPT, 678, reelección, cepos, Nisman, Macri, Cambiemos. Y también la vuelta de Soda, y los Stones y McCartney en Argentina, y los nosecuántos River llenos de Waters, y fueron los Piojos, y fue la Bersuit, etc. Y el Bicentenario, y #NiUnaMenos. Y dos descensos históricos. Y Messi, que jugaba con el pasto, Messi, que se llevó la dorada en Beijing, Messi, que no gritó el gol contra Uruguay, Messi, que la miró pasar así de cerca en el Maracaná y se quedó con las ganas de levantarla. Y #Eraporabajo, Palacio. Chau Kirchner, Spinetta, Cerati, Mariano Ferreyra, Luciano Arruga, etc. Seguramente me estoy olvidando de muchos y muchas pero hasta acá llega mi memoria en este momento y no me quiero poner a levantar de Wikipedia. Por no hablar de lo que aconteció allende las fronteras; Mako comenzó esta experiencia con Irak todavía ocupando las primeras páginas de los diarios -con un autoproclamado enviado del Señor ocupando el Salón Oval comandando dicha incursión- los ecos del 1M retumbando en Occidente y los del tsunami asolando el Sudeste Oriental, para terminarse encontrando con un mundo en el que la gran potencia contemporánea es presidida por primera vez por un representante de las minorías étnicas del Imperio, al mismo tiempo que los medios escriben sobre los erráticos caminos de miles de inmigrantes que buscan su ración de Sueño, fronteras que se cierran, leyes que se endurecen y una porción cada vez más grande de humanidad queda a la deriva. Algo más.

-Creo que Significados Invisibles forma (y ha formado) parte de todo ese trajín agotador que acabo de enhebrar más arriba. Mako, que como bien aclaró alguna vez desde estas páginas, cree firmemente que uno habla tanto como calla, rara vez levanta del papel prensa sus ideas para este blog. Mejor dicho: la actualidad no le marca agenda. Mejor aún: se hace eco desde su postura. Estos posts que han inundado la larga década que SS.II. ha cumplido hace unos meses nunca han dejado de hacerse eco de todo lo que ocurre a su alrededor. Porque Mako es –quien lo conoce lo sabe- una mente inquieta, movediza, ávida de conocimientos. Y lee, y prueba, y absorbe, y –más importante aun- comparte. SS.II. habla de todo empezando por lo concreto. Bien se sabe más vale pájaro en mano, y aquellos de los que él se sirve son todos esos preciados objetos de adoración a los que les ha otorgado su correspondiente espacio en estas líneas. Creo que Mako elige hablar de esos discos de Julia Holter o Juana Molina porque es a través de esas cadencias que sus ojos pueden encontrar lo que él quería ver; que es en los acordes de The Associates o en alguna de Toro y Moi que él puede hallar el soundtrack ideal para sus reflexiones y que tal vez recomendar Yankee Hotel Foxtrot sea una invitación a cruzar un puente que a él le sirvió para llegar a tal o cual idea. Creo que es el arte –y la música por sobre todo- lo que le ayuda a él a reflexionar sobre el mundo a su alrededor y los discos de los que habla en este blog son una de las muchísimas ventanas que tenemos para mirar hacia ese mundo salvaje. Esas son las que él eligió, y a las que nos acerca para que nos paremos y lo veamos desde su lugar.

Miro atrás acá también y una vez más confirmo mi teoría que el Cambio –lindo momento como para hallar el tema de este post- es tan inevitable como esencial en cualquier entidad. Creo percibir cierta ingenuidad en los primeros pasos de SS.II. y luego empiezo a ver como el bueno de Mako comienza a afianzar su voz y conformar posts cada vez más firmes y contundentes –me animaría a decir, y esto aun corriendo el riesgo de que le provoque al escriba ganas de ahorcarme (?), que el primero de los posts de esta etapa madura es el de su experiencia en Niceto oyendo a Joanna Newsom, publicado en Octubre de 2007-, con un estilo cada vez más caracterizado por la redacción pulcra y un pulso de escritura que parece responder principalmente al goce que experimenta ante cada uno de los targets que eligió para homenajear acá. Seguir el dictado de los sueños. Me animo a decirlo: es un convencido partidario del dejarse llevar, del arrastre, del post que se escribe solo porque lo único importante es sentir lo que la canción te dice y luego él la transcribe. Por eso podemos ver que sus reseñas de discos jamás podrían catalogarse como parte del Engaño Benigno –como me permito llamar a las reseñas de discos de las revistas de rock, ayudado, por supuesto, por el señor Mako-. Son cosas íntegramente personales, íntimas, propias y únicas de una persona que conversó profundamente con estas expresiones antes de largarse a escribir (transcribir) sobre ellas y creo que si hay algo que ha servido de trademark para este blog ha sido aquella preponderancia de la emotividad y el desahogo por sobre cualquier otro aspecto. Lejos está de mí la intención de pintarlo al Señor Mako como un cursi, un emo (?) o cosas similares, ya que quienes hayan leído un post como “Contame el cuento…” sabrán que no es precisamente un all-time romantic; pero al mismo tiempo es innegable que SS.II. se maneja con el lenguaje de los sueños. Y eso es lo que hace que de diez años hasta acá nunca le haya perdido el rastro a lo que este blog tiene para decir sobre el mundo a su alrededor. Un reducto cálido y gentil dentro de la salvaje blogosfera. No es exclusivo para nostálgicos, pero éstos tienen un bonus a su disposición.

-Mis posts favoritos: ¡Cronos!¡Se te enfría el puré! (Marzo 2012), Invisible significado (Julio 2013), El triste tigre (Febrero 2008), Limbo doce años después (Febrero 2006), Dos tibiezas (Mayo 2007).

-Recito de memoria, sin revisar el archivo del blog: hemos tomado el rastro de memorables como Robert Wyatt –a quien hemos escuchado en el living de la casa del señor Mako-, Incredible String Band –con quien también compartimos esa experiencia- Albert Camus –parece que lo conmovió más a él que a mí, por lo que se ve- el Flaco Spinetta –sobran las palabras- Young Marble Giants –precioso minimalismo pop, me acuerdo- Benito en Fuck you, Tiger –jajajajajá- Donna Regina –la rememorábamos hace poco en un BAFICI- Animal Collective, etc... Cada uno de estos homenajeados fueron incluidos en este párrafo en el orden en el que los fui recordando (tracción a sangre, que le dicen). Repaso brevemente: hay solo dos de ellos a mi entender que puedan ser considerados como mainstream –con todas las aristas y contradicciones que dicho término pueda incluir-. Luego tenemos héroes del under –sean del ámbito artístico/cultural que sean-, colectivos difíciles de digerir para la masa, proyectos que apenas sobrevivieron a una única aventura, etc. No creo que Mako se plantee a propósito hacer de esto un blog sobre las bandas de las que no habla nadie; no creo que aspectos como la popularidad de tal o cual artista sean siquiera tenidos en cuenta por él a la hora de sentarse a escribir, ya que como bien sabemos Mako es alguien que rara vez se sirve de comentar sobre otro tema que no sea aquello que haya mecido su corazón de voraz consumidor cultural. Pero al mismo tiempo es innegable que este recinto siempre ha otorgado mayor espacio a lo que desde lejos no se ve. Y como cualquier otra alma tan hambrienta como lúcida, tomando la pasión del adolescente que corre a contarte sobre el beso que le acaba de dar a la más linda de sus vecinas y conjugándola con la mirada aguda y madura de un crítico que ha recorrido miles de caminos antes de sentarse a escribir, ha tomado todo lo recibido para retransmitirlo en un relato íntimo y a la vez presto a compartirse. Ese es el denominador común que encuentro en los personajes de todas las historias que Mako nos quiso contar. Esa es en definitiva la esencia, el tema, el corazón de todo lo que SS.II. pueda llegar a significar. Un significado pulcro y conciso, logrado, construido e imponente; más visible que nunca.

El Pequeño Saltamontes

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