Tuesday, November 13, 2012

Del 8N al 7D, sonriendo sin cesar y reflexionando un poco


1 – Pececito, pececito

La ilustración que figura abriendo este post es la tapa de un libro que no leí. No sé nada de su autor Kent Greenfield pero el título de la obra captó mi atención inmediatamente y la foto no se puede negar que es llamativa. Una traducción del título podría ser “El mito de la elección” con un subtítulo también llamativo: “la responsabilidad personal en un mundo de límites”. Me tope con esta foto cuando buscaba información para elaborar un paper para el profesorado en colaboración con Natalí, mi compañera del Rojas. Bromeamos un montón con eso de ¿y dónde está la elección? Y siempre me olvido de mostrarle este archivo para que vea que somos muchos los que nos preguntamos lo mismo. Esta tapa me pareció la ilustración perfecta para el tema que hoy me tiene escribiendo. Hace poco hubo una manifestación llamada el 8N por contraste al 7D. Explico: el 7 de diciembre (7D) todo monopolio de medios de comunicación se verá obligado por ley a adecuar y reorganizar su estructura para evitar concentraciones nocivas de opiniones y abrir la cancha a un poquito más de diversidad comunicativa. Según nos informan, el único multimedio que se resiste al cambio es el Grupo Clarín. Este monopolio, junto a otros grupos poco fáciles de reconocer para mí, convocaron a una protesta opositora al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner para el 8 de noviembre (8N). ¿Qué te queda a vos, pececito, pececito? ¿Elegir a los K o elegir a Clarín? Seguro que hay algo más.

2 - ¿Qué hora es? ¡La hora de los pueblos!

En el 2003 yo escuchaba en la Rock and Pop un programa que iba de lunes a viernes a la noche que se llamaba Apaga la tele. Entre la galería de personajes desopilantes, había uno que me hacía  cagar de risa. Era el Payaso Peroncho. Entre las tantas  frases trilladas del movimiento peronista que repetía una y otra vez este personaje, había una en particular que me hacía estallar en carcajadas, es la que encabeza este párrafo. El kirchnerismo es una nueva forma de peronismo y el peronismo fue y es un híbrido harto difícil de definir. No me quiero detener en eso hoy pero sí quiero hacerme cargo y decir que está forma actual del peronismo es la primera que cuenta con mi beneplácito. Yo estoy a favor de este gobierno pero con ciertas y serias salvedades. Y estoy seguro de no estar a favor de un monopolio comunicativo que nunca ha tenido en cuenta los intereses de mi clase, la clase obrera. Pero yo soy otro pececito más y también estoy perplejo y rodeado de anzuelos de los más diversos tamaños. Antes de seguir te cuento como veo la pecera.

3 – Sean ustedes bienvenidos a la democracia capitalista.

Ya lo dije antes: soy filo-anarquista y filo-socialista. Pienso y sueño con un futuro en el que capitalismo sea tan solo un mal chiste de un remoto pasado al cual ya no se volverá. Pero yo no vivo como pienso y sueño. Soy otro actor más de esta democracia capitalista. Trabajo como todo el que puede trabajar para conseguir el dinero que compra la subsistencia. Soy la parte que menos se beneficia de este sistema de mierda pero soy parte de el y también vos estás en el. No seamos hipócritas. En este espacio de la supuesta convivencia prima el egoísmo, tenes que aprender a cuidar tu culo y que los demás cuiden el suyo. Esta es la primera vez en mucho tiempo que el proyecto de un gobierno y los intereses de la clase trabajadora se juntan de algún modo. No es una unión plena y fácil. El diálogo entre el gobierno y la mayoritaria clase baja es una complicadísima trama de acuerdos, roces, silencios, contradicciones, demagogias, logros concretos, promesas y diversas yerbas de la tensión normal entre los desposeídos y los mediadores. Porque el PODER siempre es de otros, no lo olvides. Los dolores de esta tensión los vivimos todos los putos días en cada puestito de trabajo en el que sobrevivimos, siempre dudando si mañana va a continuar este estado de cosas, siempre temiendo la crisis que parece estar asomando su hocico justo allá en la esquina. Si nosotros somos los ningunos, lo mejor que podemos hacer por nuestro rancho es optar estratégicamente por lo que parece defender esta fragilidad que llamamos lugar en la sociedad.

4 – El cuento de la buena pipa

¡Qué frase fascinante! La responsabilidad personal en un mundo de límites. Si yo no entendí mal, el proyecto anarquista sería básicamente un entramado social de personas en igualdad viviendo en el grado más elevado de libertad posible con el respeto más elevado por la libertad ajena. Libertad y justicia sin ninguna jerarquía ni privilegio de ninguna clase. Esta clase utópica de sociedad tiene su piedra fundamental en la responsabilidad personal. Si yo o vos o un tercero se determina a cagarse en el prójimo, se nos fue al carajo el anarquismo. El proyecto anarquista espera de los humanos un grado de compromiso supremo por la humanidad. Y ya van milenios de malas noticias para la vida ¿Y que sí no somos los buenos bichos que soñamos ser algún día? ¿Sera que yo sueño boludeces? A veces me parece tan al alcance de la mano la posibilidad de hacer que la felicidad crezca y florezca por todas partes pero puede que sean mis alucinaciones. La verdad, no sé. Yo no quiero resignarme a volverme el rey de mi chatura. Aunque sea como el cuento de la buena pipa, la reflexión política puede que nos lleve a una sociedad lo más parecida posible a la utopía que nombre más arriba.

5 – De regreso al planeta Tierra

Yo no puedo compartir el optimismo desaforado de La Cámpora ante este gobierno ni mucho menos comparto la rabiosa oposición que salen a bramar los opositores. Veo a ambos grupos con sus desacertadas percepciones del mundo como las dos caras de la misma moneda. En ambos casos, tanto para amarla como para despreciarla, las dos corrientes tratan a Cristina más como una figura carismática que una funcionaria pública con un mandato que cumplir. La absurda polaridad entre los seguidores y detractores me dice que la puerilidad política está de moda. Los detractores saben muy bien a quien se oponen. Cuando la cosa pasa por conjeturar de quien están a favor, los asuntos se complican terriblemente. Los seguidores apoyan incondicionalmente a su líder sin detenerse a pensar cuanto más falta por renovar y cuantas turbias injusticias siguen en pie, intocables. Hubo mejoras pero los pibes de La Cámpora son los neo conservadores de ese mínimo crecimiento que ni siquiera postulan la necesidad de profundizar y ampliar los logros. Y esto no lo digo yo, le estoy robando la idea a Alejandro Bercovich que la expresó mucho mejor que yo en la revista Crisis (n° 10, Páginas 58-60).

6 – No me cabe ni ahí el meollo este

Cuando el asunto se trate de atacar por el solo hecho de atacar o celebrar por el solo hecho de celebrar, ante cualquier gesto que venga del gobierno o ante la nefasta agenda de temas públicos impuesta por los medios masivos de comunicación, yo te diría que no cuentes conmigo. La elección no es un mito, es una necesidad. Cuando el panorama se empobrece de horizontes, somos nosotros los que deberíamos aportar las riquezas potenciales. La responsabilidad personal es autonomía. Nadie va a llamarnos a protagonizar cambios, ante todo, siempre se requiere un mar calmo y dócil de millones de pececitos dispuestos a dejarse pescar. Podes seguir al cardumen y boquear frente a la pantalla de un televisor hasta el día de tu muerte o podes hacer olas. O tantas miles de otras opciones más que nacen en la autodeterminación.

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